PUEBLO DE POPEYE, Malta
La verdad es que a Popeye le pega ser maltés. Es marinero y aquí se pueden encontrar tentempiés de espinacas por doquier. Pero no es así, simplemente en la isla se encuentra el antiguo set de rodaje de la película de Popeye –cuya existencia ignoraba-.
Hace unas décadas construyeron este pueblo en Anchor Bay, al noroeste de la isla, más conocido como Popeye Village. Hoy en día aún perdura y se conserva como parque temático.
Ésta sería la última excursión de nuestro viaje, además no sale en mi guía y no se me había ocurrido llegar aquí.
Las líneas 45 y 645 te acercan hasta el pueblo. No te dejan en el lugar, hay que caminar.
Estuvimos unos veinte minutos caminando por una carretera recta sin encontrarnos un alma. A los lados, campos, ruinas, molinos y algún caballo, sólo se escuchaba el silbido del viento a través de los porosos muros de piedra; parecía una travesía de una película del oeste.
Llegamos a la costa hacia las cuatro y media de la tarde, en esos momentos ya han cerrado, o a lo mejor ni siquiera abren en enero. El caso es que no había nadie y saltamos la pequeña valla que protege el pueblo.
De repente nos encontrábamos en un colorido pero destartalado pueblo absolutamente desértico. El mar pegaba con fuerza y parecía estar enfadado de que nos hubiéramos colado en su zona. Nos dedicamos un rato a entrar en las casas, cotillear, asustarnos con los maniquís, hacer el mono en general.
En una ocasión, abrimos una misteriosa puerta y nos encontramos con la Navidad.
Una bizarra visita para culminar nuestro viaje por este diminuto y amable país. Lo recomiendo.
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