sábado, 21 de noviembre de 2009

Chef nica lleva la fritanga a Canadá

Jess Camalari, un ejemplo del emprendedurismo nacional

Chef nica lleva la fritanga a Canadá

* Desde la tortilla con queso, pasando por el gallopinto y el nacatamal, hasta un delicioso vaho, se pueden saborear en La Gota Fría, un negocio localizado en Prince Albert, Canadá
* Trata de mantener el típico sabor nica, pero en el vaho y el nacatamal usa materia prima de Filipinas o de Tailandia, porque en Nicaragua nadie exporta hojas de chagüite
* Es diplomado en navegación, tuvo que dedicarse a enseñar el español, y ahora también a la cuchara

Chef nica lleva la fritanga a Canadá - Foto

Jess Camalari es el primer nicaragüense que desde mayo pasado instaló una fritanga en la ciudad de Prince Albert, ubicada al norte de Canadá. Cortesía Jess Camalari / END

Desayunar en Canadá un gallopinto con tajadas verdes, salchichón y huevos rancheros o un baho con chile, y si es domingo un nacatamal con el sabor nica, no es un sueño, sino una realidad que hizo efectiva en esa nación un matrimonio nicaragüense que emigró hace 20 años.

Jess Camalari, un chef nicaragüense y profesor de Español de la ciudad Prince Albert, en la Provincia de Saskatchewan, del norte de Canadá, hizo posible ese sueño culinario junto a su esposa, Claudia Larios, sobrina el ex-coronel GN, ingeniero Bernardino Larios, de León, quien fue el primer ministro de Defensa después del derrocamiento de Somoza.

La esposa, egresada en 1989 en Economía, del Rucfa, es hermana de quien fuera Secretario Político del FSLN en los barrios orientales de Managua en 1980, el militante Iván Larios.

“Usted sabe que la mayoría de nicas en el exterior estamos afuera por las mismas causas: el autoexilio porque no nos identificamos con los que gobiernan Nicaragua”, dijo a EL NUEVO DIARIO el joven que, con su esposa, ha procreado en Canadá cuatro hijos: un varón y tres niñas.

“La ciudad donde vivimos se encuentra 10,000 kilómetros al norte de Nicaragua, tenemos el mismo huso horario. Estamos a 3,600 kilómetros al oeste de Ottawa, capital de Canadá, y tenemos dos horas de diferencia con esa ciudad”, dijo Jess.

Saskatchewan es 70 veces más grande que Nicaragua, y la población canadiense no llega ni a un millón de personas. “Aquí hace falta gente, mándenos más nicaragüenses para acá”, dijo el chef nica, quien abrió su restaurante en mayo pasado.

Compite con chef chinos y filipinos

En el sector donde está su restaurante “La Gota Fría Fritanga Style Unique Latin Food”, es una zona donde operan cuatro negocios de comidas de chinos y uno filipino. La dirección del único sitio del Canadá donde se puede desayunar gallopinto con tajadas verdes, es 1928 Central Avenue, Prince Albert SK, S6V 4X3.

El nombre del restaurante lo eligieron en honor al cantante de vallenatos Carlos Vives, y porque la mayor parte de inmigrantes en esa localidad son colombianos.

“Hay mucha gente aquí que ha estado en Nicaragua, y además de que les he enseñado el español en el College local, entonces se identifican conmigo y me han dado apoyo como clientes”, dijo Jess, quien ha comenzado a abrirse campo con una variedad de platos nicas, empezando por el gallopinto, las tajadas, los nacatamales y los postres como el tres leche.

Jess y Claudia son los únicos nicaragüenses que viven en la provincia de Saskatchewan, donde “andamos quebrándonos las espaldas para sobrevivir en países donde somos bienvenidos y nos conceden nacionalidades, pero no nos dejan llegar muy largo. Y cuando uno está llegando largo, la edad le dice: hasta aquí llegaste pichoncito”.

Jess es diplomado en navegación, “pero esta provincia (donde reside) no tiene océano, o sea, que tuve que navegar las carreteras como camionero, y luego junto con mi esposa, reunimos el dinerito para entrar en negocios, y como yo le hago a la cocina, siempre tuve el sueño de un restaurante, y por eso se me ocurrió introducir la tradicional fritanga nica en esta localidad”.

Primeras lecciones de cocina

Jess aprendió a cocinar en el hotel PanAmerican de Guatemala, donde pasó un año antes de trasladarse al Canadá.
“Trabajando ahí me hicieron contador, para costear los platos que se servían en el local. Tenía que estar en la cocina a la par del chef Don Pedro y ver qué ingredientes iban en cada plato para costearlo”, explicó.

Una vez que llegó al Canadá trabajó friendo pollos en Kentrucky Fried Chicken (KFC) y “luego me dediqué a soñar conque abría mi restaurante. Visité Miami, las fritangas, donde aprendí las recetas, y como comencé a impartir clases de español en Canadá para gente que después viajó a Cuba, México y Centroamérica, fue que me enteré de que a esta población le llamaba la atención la comida nuestra (la nicaragüense)”.

Primero comenzó con un puesto de hamburguesas en una arena de Jockey sobre hielo, pero cuando terminó la temporada, “vimos en la ciudad un sitio que estaba en alquiler y así abrimos el restaurante”. La inversión ha sido grande, además, que hay que cumplir con los códigos de salud, del departamento de incendios, el de edificios comerciales, de parqueo, entre otros.

Después de tres meses de hacer todas las instalaciones, incluyendo los accesos para quienes se desplazan en silla de ruedas, “abrimos con un menú que incluye: empanadas de maduro, enchiladas de pollo servidas con repollo al vapor y crema, nacatamales --creo que los más caros del mundo-- a 10.95 dólares canadienses (10 dólares estadounidenses)”.

También se ofrece el gallopinto con salchichón, queso o crema, plátano frito verde o maduro, muy solicitado.
“¿Quién me iba a decir que un nica como yo le iba a venir a dar de comer gallopinto a los canadienses, si cuando yo vine aquí, el frijol no se vendía?”, dijo Jess.

También forma parte del menú el baho a lo nica, filete de Tilapia frita con yuca o plátano frito; carne picada (salpicón frito) con tortilla. tortilla con queso (tres tortillas con su pedazo de queso, cada uno: 4.95 dólares, las más caras). Todo eso con su respectivo chirmol.

Además, cuenta con los postres tres leches, sopa borracha y ayote en miel. “Nadie sabe cómo preparar esos postres aquí más que yo, y las recetas “se las aprendí a Doña Pinita. Aquí tengo su libro: Cocinando con Pinita”.

Productos para la comida
“Nuestros productos son caros, porque los ingredientes para cocinar los diferentes platos son importados”, dijo Jess, quien a manera de ejemplo precisó que un plátano vale un dólar canadiense. Una bolsa de dos libras de Maseca vale 5 dólares, “pero ya estamos en el macho y lo estamos jineteando”.
Una atracción similar a la que existe en Cuba

“Tenemos una pared (al estilo La Bodeguita del Medio en Cuba) donde la gente escribe sus opiniones y firma, y la pared ya esta llena. Esto es otra atracción, pues ningún otro restaurante lo hace”, dijo.

Aunque ya nadie recuerda a la familia Camalari en Managua, dice Jess que junto a su esposa se sienten orgullosos de mantener viva “nuestra herencia nicaragüense. Andamos por aquí --Canadá-- poniendo en alto nuestra nicaraguanidad, y queremos decirles que por estas latitudes ya se consume y se conocen el gallo pinto y el nacatamal”.

A propósito, “es triste ver que la hoja de plátano que usamos la importan de Filipinas o de Tailandia, porque a nadie en Nicaragua se le ha ocurrido exportarla a este país, estando más cerca. Imagínese que algún nica pudiera hacer dinero enviando esa hoja para acá”, dijo.

Tomado de http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2009/11/21/nacionales/114041

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