Luego de las declaraciones hechas por Juan Francisco Molinar Horcasitas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes SCT, respecto a que se debe de contar con una aerolínea "bandera", como ha ocurrido en muchos países desarrollados, el presidente de la CNT -Confederación Nacional Turística, Miguel Torruco Marqués comento que dicha fusión compete a los dueños de ambas empresas.
Esta misma debe abocarse con urgencia a diseñar una auténtica política aeronáutica que promueva, facilite y propicie la competitividad, en beneficio de los sectores aéreo, turístico y comercial, ya que esta medida no sería tan benéfica para las aerolíneas mexicanas, como sí lo ha sido para otras empresas del resto del mundo.
“Una fusión tiene sentido cuando dos empresas crean sinergia para mejorar y crecer, incrementando su mercado con mayor eficiencia y reduciendo a la vez sus costos fijos para ofertar tarifas más accesibles”.
La alternativa de fusión, añadió, seguramente se plantea con el fin de desaparecer líneas aéreas, arrebatándose el mercado para retornar a un gran monopolio cobijado con el nombre de “aerolínea bandera”.
“La SCT debe resolver, a la mayor brevedad, asuntos muy sensibles y prioritarios para lograr reposicionar al sector turístico”.
Recordó que en 1986, la Federal Aviation Administration (FAA) indicó que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), al rebasar las 250 mil operaciones anuales, se convertiría en una terminal de alto riesgo; sin embargo, en 2008 cerró con 366 mil operaciones y hasta octubre de 2009 se registraron 290 mil 136
“La terminal 2 no resolvió el problema de fondo, fue sólo una paliativo, toda vez que las dos pistas existentes, por su cercanía, no permiten técnicamente operaciones simultáneas, lo que satura al aeropuerto y provoca demoras en cascada”.
Por lo anterior, el presidente de la CNT mencionó que es urgente la construcción de una nueva terminal aérea en terrenos federales, reactivando el proyecto del Lago de Texcoco, eliminar el AICM para no saturar el espacio aéreo, y convertir esa infraestructura en el Museo Nacional de la Aviación, junto con otros atractivos.
“Es preocupante que resulte más caro aterrizar en las terminales aéreas de México que en las de Roma, París, Madrid, Londres, Washington, Nueva York, Toronto, Montreal, San José, Panamá, Lima, Río de Janeiro, Buenos Aires, Santo Domingo o la Habana, por citar algunos destinos, por lo que algo anda mal”.
Miguel Torruco comentó que en el espacio aéreo mexicano existe un mercado sobreofertado, ya que el 88% del total del tráfico nacional está concentrado en menos de 44% de las rutas en el país.
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